El Creyente como en los juegos olímpicos


“Pues yo me había preparado muy bien, pero la verdad es que tuve muchas dificultades…me lesioné, se me reventó un cartílago de la rodilla derecha. Pero nunca perdí la esperanza. Y en ese aspecto fue vital la presencia de mi entrenador  Karouskov Primero  me dijo que si quería subir al podio tenía que bajar de categoría. Pasar de 109 kilos a 75. Nos fuimos nueve meses para Bulgaria, a entrenar, a bajar de peso y a recuperarme de la lesión. Además, como no tenía cupo a los Juegos, pedimos un wild card (tarjeta de invitación) a la Federación Internacional y faltando 20 días para que comenzaran los Olímpicos me la dieron... Por eso creo que ganar ese oro fue toda una proeza, después de tanta pelea y de estar a punto de ni siquiera ir a competir”. Así fue que en septiembre de 2000, en los Juegos Olímpicos en Sídney, después de  varios años de esfuerzo y sacrificio, largas jornadas de duros entrenamientos y una férrea disciplina maría Isabel Urrutia  cumplió con su sueño dorado ganar una medalla de oro en unos juegos olímpicos.

Con este acontecimiento que trasciende el mundo deportivo donde hay la necesidad  que para triunfar se necesita disciplina y tesón. Me referiré de esta manera ala ilustración que el apóstol pablo escribió en su primera  carta a los corintios capitulo 9 v: 24 en adelante “¿no sabéis que los que corren en el estadio, todos ala verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis.” Es una imagen en extremo¡ viva y realista¡ . por estos  días  el mundo celebrara unos de los sucesos deportivos mas importantes: los juegos olímpicos en Tokio donde se concentran  delegaciones deportivas de todo el mundo  compitiendo por una medalla y me llama la atención la manera que pablo le dio a entender a sus discípulos  el esforzarse y soportar  la vida cristiana con tal de alcanzar el premio futuro, máxime que los corintios  conocían en detalle lo que era una competencia deportiva, ellos eran espectadores  entusiastas así como lo somos nosotros de grandes competencias ya que   en su ciudad natal se celebraban cada 2 años  años los famosos  juegos ístmicos.

Él les exhorta  a que imiten los atletas de como se preparan para estas justas deportivas con esfuerzo soportando los sacrificios, luchando por una corona tejida de laurel(hoy día medalla y reconocimiento económico que después queda en al olvido) así nosotros  debemos de hacer lo mismo como resultado de una salvación y un nuevo nacimiento luchar y luchar en un mundo cada vez mas contrario a Dios, el creyente se caracteriza por que persevera y coloca sus ojos en la meta que es Jesucristo el cual nos dará una corona incorruptible(v:25). Y compara el caminar cristiano con otro deporte: el boxeo (v: 26) y nos da ejemplo que como boxeador no pega o dirige golpes al aire sino a su rival que viene hacer su carne y sus deseos. Dice que en esta vida debemos de renunciar precisamente a estos deseos, someterlos a privaciones para no  ser descalificados (v: 27) en otros términos la necesidad de la autodisciplina en la arena del cristianismo es de  todos los que verdaderamente aman al Señor y solo se  pueden obtener el premio  con esfuerzo  ya que  estamos en un mundo que no es el diseño primario de Dios, apartados; es decir concentrados evitando todo lo que nos perjudique en nuestra relación con El. Siendo participes de la predicación del evangelio y sus respectivos frutos con tenacidad y propósito y no alocadamente “y cuando aparezca el príncipe de los pastores vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria” (1 pedro 5:4).DIOS LES BENDIGA...Un abrazo fraterno P.Elio Meza. 

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